Todo empezó por la punta de la nariz, ella, a la que creia yo conocer con sencillez, de repente un dia vi como se desprendia de su color natural, como quando, con el brazo, te deshazes de un bicho pegado en tus cavellos,y así la nariz, se coloreo toda ella de azul, casi con gracia i estilo. Despues de la nariz, como si tuvieran envidia, la siguieron los tobillos de mis pies, los quales, como impulsados por una promisqua sensación de envidea coloreada, ellos mismos decidieron pintar-se de verde, y asi se quedaron, como coles en un campo de quesos.
Pasaron unos dias, en los que todo parecia calmado y reposado. Hasta que un dia mi ombligo que de echo, siempre havia estado entre los tovillos y la nariz, haciendo de intermediaro en sus conflictos, de repente, pareció sentir-se poco apreciado devidamente por el trabajo que habia hecho, y por todo lo que havia dado por los demàs, sin que los demàs recaieran en ello, y así, con orgullo desafiante, como deseando a que otros le questionaron, se pinto todo el de amarillo, y nunca se vieron tres colores tan vivos, ni tan rebozantes de alegria, en una lucha por ser el màs brillante i el mas bello de los colores.
Hasta que un dia, de sueño removido, i levantar bochornoso, me descubrí ante el espejo, ofreciendo-me la mas grande de las sorpresas nunca antes auto-complacida.

En una revolución general, de todas las partes de mi cuerpo, cada una asumió el rol de un color bello y sensorial, tal fue la combinación, que mi cuerpo se transformó en luz.

D.de.D